Cuentos de María Elena Walsh

EL ENANITO Y LAS SIETE BLANCANIEVES - MARÍA ELENA WALSH


En una casita del bosque de Gulubú, estaban sentadas 7 chicas escuchando la radio. 

Eran las 7 hijas del jardinero Nieves.
Por la radio cantaba el grillo Canuto.
-¡Qué bien canta este grillo!, suspiraron las 7 señoritas embelesadas, ¿dónde habrá estudiado canto?
Cuando el grillo Canuto terminó, entre grandes aplausos, contó que había estudiado canto en la escuela del profesor enanito Carozo.
En cuanto oyeron esto, las 7 chicas de Nieves salieron disparando por el bosque.
Preguntaron a todo bicho viviente, pero nadie supo informarles dónde quedaba la dichosa escuela.
Hasta que se encontraron con el sapo Ceferino –un sapo muy sabio- que estaba leyendo el diario al revés. Le preguntaron:
-¿Usted no sabe, señor Sapo Ceferino, dónde queda la escuela del profesor enanito Carozo?
Y el sapo les contestó sabiamente:
-Guau.
Así informadas, salieron corriendo hasta que en una esquina del bosque encontraron un cartel que decía:

ESCUELA VIRUELA DE PICOPICOTUELA

DEL PROFESOR ENANITO CAROZO

Allí estaba el profesor sentado detrás de su escritorio que, como todo el mundo sabe, era un hongo.

-¡Queremos estudiar en su escuela!, gritaron todas al mismo tiempo, ¡queremos que nos enseñe a cantar como el grillo Canuto!
El profesor se asustó mucho y trató de explicarles que en su escuela sólo había alumnos chiquitos: grillos que estudiaban canto, arañas que estudiaban tejido, ranas que aprendían natación.
Pero ellas insistieron tanto que fue inútil que el profesor enanito Carozo les dijera que era peligroso inscribirlas porque en cualquier momento podían pisar a los alumnos.
Las chicas prometieron caminar con las manos para no pisarlos, y el profesor se decidió por fin a inscribirlas.
Sacó un lápiz y un montón de papelitos, papeletas, papelotes y papelones, y les preguntó:
-¿Nombre?
-Blancarucha.
-¿Apellido?
-Nieves.
-¿Profesión?
-Señorita.
-¿Nombre?
-Blancachofa.
-¿Apellido?
-Nieves.
-¿Profesión?
-Señorita.
Y así anotó a las restantes, que se llamaban: Blancarita, Blancarota, Blancarina, Blancarufa y Blancatula Nieves.
Ya iba a empezar la clase de canto, cuando de atrás de un árbol salió el inspector de escuelas del bosque de Gulubú, que también era enanito pero más grande, es decir, enanote.
-¿Qué es esto?, rugió el inspector.
El profesor Carozo se cayó sentado del susto y sólo atinó a tartamudear:
-S...s...son las... se.... señoritas de Nieves, señor inspector.
-¡Venimos a aprender a cantar como el grillo Canuto!, dijeron las 7 al mismo tiempo.
El inspector sacó un librote de adentro de su gorro, lo abrió y empezó a hojear.
-Esto no puede ser, dijo. El reglamento de escuelas de Gulubú dice que no puede haber un enanito y 7 Blancanieves. Imposible. Voy a cerrar la escuela.
-Pe... pero, se... señor inspector, tartamudeaba Carozo.
-Nada de peros, ¿dónde se ha visto? La aritmética y la historia nos enseñan que puede haber una Blancanieves y 7 enanitos, pero jamás, réquete jamás más, un solo enanito y 7 Blancanieves.
Las chicas se pusieron a llorar, el profesor a protestar, y todos los alumnos a hacer un bochinche impresionante.
Porque a todos les gustaban las 7 hijas del jardinero Nieves, tan limpitas y con trenzas.
Tanto chillaron todos, que el sapo Ceferino -la persona más sabia del bosque- los oyó, dobló el diario, guardó los lentes, apagó la pipa y allá se fue a ver qué pasaba.
En cuanto llegó el sapo Ceferino, le propusieron ser juez de tan complicado asunto.
-¿Le parece justo, señor sapo Ceferino, que me cierren la escuela porque la aritmética y la historia dicen que no puede haber un enanito y 7 Blancanieves?, preguntó el profesor Carozo haciendo pucheros.
El sapo Ceferino se rascó la cabezota, meditó durante 14 segundos y 35 minutos, y luego les contestó sabiamente.
-Guau.
Ante tan sabia declaración, el enanote inspector no pudo decir ni mu. Manoseó un poco su librote, se acomodó el gorro y dijo nerviosamente:
-No puede ser. El reglamento de escuelas de Gulubú dice además que esta escuela es para grillos, ranas, arañas solteras y otras personas chiquitas, pero no para 7 Blancanieves grandes. ¡Eso jamás, réquete jamás más lo permitiré!
Pero el sapo Ceferino le replicó sabiamente diciendo:
-Guau.
Y como el sapo Ceferino era la persona más sabia del bosque. El inspector ya no le pudo discutir más. No tuvo más remedio que cerrar su librote, guardarlo bajo el gorro y desaparecer furioso detrás de su árbol.
Blancarucha, Blancachofa, Blancarita, Blancarota, Blancarina, Blancarufa y Blancatula Nieves aprendieron muy pronto a cantar como el grillo Canuto.
Todos los domingos, por la radio de Gulubú, canta el coro de las 7 Blancanieves, dirigido por el profesor enanito Carozo.
Su repertorio está compuesto de zambas cuya hermosa letra dice así:
Criquiti criquiti cric...
Y valses, cuya hermosa letra dice así:
Chipiti chipiti chip...
Y rancheritas, cuya hermosa letra dice así:
Plimpiti plimpiti plimp...
Por eso, si ustedes alguna vez encuentran detrás de un árbol o detrás de cualquier cosa, a un inspector enanote y sabiondo que les dice que no es posible que existan un enanito y 7 Blancanieves, o que no es posible que exista cualquier otra cosa linda, ustedes pueden contestarle:
-Sí señor, existe, en el bosque de Gulubú.
O si no, respondan sabiamente, como el sapo Ceferino:
-Guau.

Y así termina, en jueves,

el cuento del enanito
Y las 7 Blancanieves.



FIN...


LA PLAPLA - MARÍA ELENA WALSH


FELIPITO TACATÚN ESTABA HACIENDO LOS DEBERES. INCLINADO SOBRE EL CUADERNO Y SACANDO UN POQUITO LA LENGUA, ESCRIBÍA ENRULADAS “EMES”, OREJUDAS “ELES” Y ELEGANTÍSIMAS “ZETAS”.
DE PRONTO VIO ALGO MUY RARO SOBRE EL PAPEL.


–¿QUÉ ES ESTO?, SE PREGUNTÓ FELIPITO, QUE ERA UN POCO MIOPE, Y SE PUSO UN PAR DE ANTEOJOS.
UNA DE LAS LETRAS QUE HABÍA ESCRITO SE DESPATARRABA TODA Y SE PONÍA A CAMINAR MUY ORONDA POR EL CUADERNO.
FELIPITO NO LO PODÍA CREER, Y SIN EMBARGO ERA CIERTO: LA LETRA, COMO UNA ARAÑA DE TINTA, PATINABA MUY CONTENTA POR LA PÁGINA.
FELIPITO SE PUSO OTRO PAR DE ANTEOJOS PARA MIRARLA MEJOR.
CUANDO LA HUBO MIRADO BIEN, CERRÓ EL CUADERNO ASUSTADO Y OYÓ UNA VOCECITA QUE DECÍA:
–¡AY!
VOLVIÓ A ABRIR EL CUADERNO VALIENTEMENTE Y SE PUSO OTRO PAR DE ANTEOJOS Y YA VAN TRES.
PEGANDO LA NARIZ AL PAPEL PREGUNTÓ:
–¿QUIÉN ES USTED SEÑORITA?
Y LA LETRA CAMINADORA CONTESTÓ:
–SOY UNA PLAPLA.
–¿UNA PLAPLA?, PREGUNTÓ FELIPITO ASUSTADÍSIMO, ¿QUÉ ES ESO?
–¿NO ACABO DE DECIRTE? UNA PLAPLA SOY YO.
–PERO LA MAESTRA NUNCA ME DIJO QUE EXISTIERA UNA LETRA LLAMADA PLAPLA, Y MUCHO MENOS QUE CAMINARA POR EL CUADERNO.
–AHORA YA LO SABES. HAS ESCRITO UNA PLAPLA.
–¿Y QUÉ HAGO CON LA PLAPLA?
–MIRARLA.
–SÍ, LA ESTOY MIRANDO PERO... ¿Y DESPUÉS?
–DESPUÉS, NADA.
Y LA PLAPLA SIGUIÓ PATINANDO SOBRE EL CUADERNO MIENTRAS CANTABA UN VALS CON SU VOZ CHIQUITA Y DE TINTA.
AL DÍA SIGUIENTE, FELIPITO CORRIÓ A MOSTRARLE EL CUADERNO A LA MAESTRA, GRITANDO ENTUSIASMADO:
–¡SEÑORITA, MIRE LA PLAPLA, MIRE LA PLAPLA!
LA MAESTRA CREYÓ QUE FELIPITO SE HABÍA VUELTO LOCO.
PERO NO.
ABRIÓ EL CUADERNO, Y ALLÍ ESTABA LA PLAPLA BAILANDO Y PATINANDO POR LA PÁGINA Y JUGANDO A LA RAYUELA CON LOS RENGLONES.
COMO PODRÁN IMAGINARSE, LA PLAPLA CAUSÓ MUCHO REVUELO EN EL COLEGIO.
ESE DÍA NADIE ESTUDIÓ.
TODO EL MUNDO, POR RIGUROSO TURNO, DESDE EL PORTERO HASTA LOS NENES DE PRIMER GRADO, SE DEDICARON A CONTEMPLAR A LA PLAPLA.
TAN GRANDE FUE EL BOCHINCHE Y LA FALTA DE ESTUDIO, QUE DESDE ESE DÍA LA PLAPLA NO FIGURA EN EL ABECEDARIO.
CADA VEZ QUE UN CHICO, POR CASUALIDAD, IGUAL QUE FELIPITO, ESCRIBE UNA PLAPLA CANTANTE Y PATINADORA LA MAESTRA LA GUARDA EN UNA CAJITA Y CUIDA MUY BIEN DE QUE NADIE SE ENTERE.
QUÉ LE VAMOS A HACER, ASÍ ES LA VIDA.
LAS LETRAS NO HAN SIDO HECHAS PARA BAILAR, SINO PARA QUEDARSE QUIETAS UNA AL LADO DE LA OTRA, ¿NO?


FIN...


EL GATOPATO Y LA PRINCESA MONILDA - MARÍA ELENA WALSH


Una vez,en el bosque de Gululu,aparecio un Gatopato. 
¿Como era? 
Bueno,con pico de pato y cola de gato.Con un poco de plumas 
y otro poco de pelo.Y tenia cuatro patas,pero en las cuatro calzaba 
zapatones de pato. 
¿Y como hablaba? 
Lunes,miercoles y viernes decia miau. 
Martes,jueves y sabados decia cuac. 
¿Y los domingos? 
Los domingos,el pobre Gatopato se quedaba turulato sin saber que decir. 
Una mañana calurosa tuvo ganas de darse un baño 
y fue hasta la laguna de Gululu. 
Toda la pateria lo recibio indignada. 
-¿Que es esto?-decian los patos-,¿un pato con cola de gato?
Y como era lunes,el Gatopato contesto miau. 
¡Imaginense! 
¿Se imaginaron? 
Los patos se reunieron en patota y le pidieron amablemente que se marchara, 
porque los gatos suelen dañar a los patitos. 
Y el obre Gatopato se fue muy callado,porque si protestaba le iba a salir otro miau. 
Camino hasta un rincon del bosque donde los gatos estaban en 
asamblea de ronron,al solsito. 
Y como el Gatopato los saludo diciendo miau,lo dejaron estar un rato con ellos, 
pero sin dejar de mirarlo fijamente y con desconfianza. 
El pobre Gatopato se sintio muy incomodo entre gente tan distinguida. 
Muchos dias paso el pobre completamente turulato y llorando
a cada rato adentro de un zapato.Hasta que una tarde paso por el bosque 
la princesa Monilda,toda vestida de organdi, 
y lo vio,llorando sin consuelo,a la sombra de un mani. 
-¡Que presioso Gatopato!-dijo la princesa. 
-¿De veras te parezco lindo,Princesa?-pregunto el Gatopato ilusionado. 
-¿Precioso,ya te dije!-contesto la princesa. 
-Sin embargo,aqui en el bosque nadie me quiere-se lamento el Gatopato. 
-Si quieres,yo te puedo querer-le dijo la princesa cariñosa. 
-Si,quiero que me quieras-dijo el Gatopato-,siempre que tu quieras 
que yo quiera que me quieras,Princesa. 
-Yo si que quiero que quieras que yo te quiera-respondio la Princesa. 
-¡Que suerte!-dijo Gatopato. 
-Hacia años que queria tener un Gatopato en mi palacio,.dijo la Princesa. 
Y lo alzo delicadamente,le hizo mimos y se lo llevo al palacio, 
donde el Gatopato jugo,trabajo,estudio y finalmente se caso con una sabia Gatapata. 
La princesa cuido a toda la familia Gatipatil,dandoles todos los dias una rica 
papilla de tapioca con crema Chantilly. 
Y todos vivieron felices hasta la edad de 99 años y pico. 

Y de este modo tan grato 
se acaba el cuento del Gatopato. 

FIN...

6 comentarios:

  1. Hola como te va me gusto el cuento de Maria Elena walsh yo tengo el primero al otro no lo conocia

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  2. Respuestas
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